Diciembre



8 de diciembre

La llena de gracia nos invita a imitarla

“Alégrate, llena de gracia” (Lc 1, 28). Nos unimos al saludo del ángel y nos alegramos con él y con todos los coros celestiales, con la Iglesia triunfante, purgante y militante. La Gracia es la más grande expresión del amor de Dios, nos diviniza, nos comunica la vida misma de Cristo. Pensemos que minuto a minuto puedo crecer en gracia, especialmente a través de la fructuosa recepción de los sacramentos, a la oración unitiva y a las buenas obras, como la caridad y la penitencia.



9 de diciembre

El regalo de la Humanidad Santísima

El rechazo a las representaciones artísticas de Dios es improcedente a partir de la Encarnación del Verbo. Nunca alcanzaremos a valorar suficientemente el regalo de un Dios que revela su Amor en Cristo. Gracias a su Humanidad Santísima somos llevados al conocimiento de la divinidad y arrebatados por su amor. Preguntarle muchas veces a Jesús si lo agradamos o no con tal o cual acción.



10 de diciembre

Cielo y tierra en el Tabor

Tanto en el Bautismo del Señor como en su Transfiguración se producen teofanías. Esta última añade una visión extraordinaria, en la que se unen pasado, presente y futuro. Cada misterio de la vida del Señor es misterio salvífico y en este, el del Tabor, advertimos que el Cielo no está lejos de la tierra. Y nos admiramos volviendo a oír que Jesús es Dios, llenándonos con la certeza de que un día tendremos con Él una existencia eterna.