Juicio



Juicio sin sorpresas

Luego de nuestra muerte, Jesús será nuestro Juez. ¡Qué alegría ser juzgados por Aquel que hemos amado tanto! Vivir oyendo los mensajes de Dios: el Padre nos habla en la Creación y en la página del “Hoy”; el Hijo en su Palabra y en la Eucaristía; el Espíritu Santo en las mociones interiores.



Juicio justo y misericordioso

“Yo no siempre creo en Dios –decía Armando Fuentes–, pero Dios siempre cree en mí. Al llegar a su presencia, espero ver que me mira con la misma mirada de mi madre”. Aprende a adelantar tu juicio buscando siempre oír a Dios. Nos habla más de lo que hablaba a sus apóstoles. Aunque nos sea difícil, es importante enfocarnos en averiguar cómo anda nuestra vida en lugar de averiguar vidas ajenas.



Juicio, verdad, relativismo.

Al trasponer el umbral de nuestra vida terrena, seremos juzgados. Ahí se quemará como paja seca toda mentira, toda vacuidad, y aparecerá la verdad absoluta de lo que cada uno es. Nuestro mundo se ha distanciado de la verdad, y grandes poderes intentan someternos a través de la dictadura del relativismo. Seamos amigos de la verdad, de la única verdad que procede del Creador, Verdad Infinita.