Diciembre



11 de diciembre

Pide a María su amor por Jesús

Al niño se le suele dar regalos. Jesús nos dijo que nos hiciéramos como niños. Vamos, pues, a pedirle un regalo a nuestra Madre. ¿Cuál será el mejor de todos? Sin duda su amor por Jesús. Es una aspiración imposible, pero se vale soñar. Un amor intenso, que erradique la tibieza. Un amor continuo, que evite los huecos vacíos en nuestro día, porque estamos enamorados. Un amor delicado, porque aprendemos del Corazón de Ella.



12 de diciembre

Madre de consuelo

Guardemos en nuestro corazón las palabras de María de Guadalupe a Juan Diego. “¿No estoy aquí, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y amparo? Es nada lo que te aflige. ¿No estás en el hueco de mis manos y en el cruce de mis brazos?” En el cerro del Tepeyac, María no pide nada, tan solo ofrece su consuelo para remediar nuestra innegable pequeñez y vulnerabilidad.



13 de diciembre

Aprovecha la riqueza de los salmos

Tenemos un gran tesoro, preparado por Dios para ayudarnos a crecer en la vida de oración: los salmos, en los que la palabra de Dios se hace oración del hombre. ¿Sabemos aprovecharlos? Los salmos son como espejos de nuestra alma, que nos ayudan a expresar lo que tenemos dentro y quizá no sabemos cómo decirlo. Busquemos identificar algunos salmos que salgan al paso de esos momentos de indefinición en la vida espiritual.