Noviembre



5 de noviembre

El domingo ir al Señor

En el día del Señor se nos preceptúa gozar de la alegría que conlleva una jornada especialmente dedicada a Él. La ausencia de trabajo externo nos permitirá la paz que precisamos. Estamos invitados a recoger nuestro corazón, a entrar en la morada interior donde Dios habita. El que ama comprende la inmensa dicha de estar solo: ahí puede encontrarse con Aquel que lo aguarda.



6 de noviembre

Dejarlo todo para seguir a Jesús

Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué será de nosotros? Pregunta de Pedro, a la que Jesús responde: tendrán el ciento por uno y la vida eterna (cf. Mateo 19, 25-30). Hay que dejarlo todo para seguir a Jesús. Lo que se ama crea un vínculo, y por eso debemos amar lo que sea más elevado. Si no, nos esclavizamos a las cosas inferiores. La centralidad en Jesucristo nos libera de las ataduras materiales.



7 de noviembre

En estado de oración

La oración es la vida del corazón nuevo, del corazón que ha recibido la participación en la vida divina. Debe animarnos en todo momento, siendo tan frecuente como el respirar. Es la respuesta al Dios que nos desea. Esa continuidad será posible si el corazón está inflamado de amor. Podemos colaborar en ese proceso ayudándonos con industrias humanas sabiendo descubrir, gracias a nuestros sentidos externos, los mensajes que nos manda Dios.