Noviembre



23 de noviembre

La misma sangre

Parábola de gran profundidad: la vid y los sarmientos. Jesús es vid: se ha hecho tierra, se ha encarnado para que nosotros podamos formar parte de Él, como los sarmientos con la vid. Viene así a descubrirnos la unión indisoluble entre Él y nosotros que se realiza particularmente al comulgar, pues ahí recibimos su Sangre, Sangre de la alianza entre Él y cada uno de los que comulga.



24 de noviembre

Cristo Rey crucificado

Noviembre es un mes escatológico: comienza con los fieles difuntos y termina poniéndonos delante los acontecimientos del fin del mundo. Pero la culminación es una fiesta de esperanza y alegría: la Solemnidad de Cristo Rey. Llama la atención que la liturgia de la Solemnidad traiga a colación la Cruz: y es porque Jesús es un Rey crucificado. La insignia de este reinado es la Cruz, y tiene palabras clave: austeridad, mortificación, pobreza, sobriedad, templanza, desprendimiento…



25 de noviembre

Esparce la semilla del Reino

Jesús empieza su predicación hablando de la cercanía del Reino, y termina siendo llamado rey por Pilato, por los soldados romanos y por el buen ladrón. Jesús nos envía a expandir su Reino, a trabajar en su viña. El horizonte de nuestro apostolado no tiene límites: todos los hombres de todos los tiempos. San Josemaría nos desea la chifladura divina del celo por las almas.