Filiación divina



Dignidad inmensa

¿Sabemos en qué consiste realmente la buena nueva? En que Cristo nos comunica su propia vida, haciéndonos hijos de Dios, verdaderamente participantes de la naturaleza divina y coherederos con Él. ¿Puede caber un sueño más ambicioso, una generosidad mayor de nuestro Dios? Aprecia y agradece tu bautismo.



Radicalmente hijos 

Confesamos a Dios como Padre, porque así nos lo ha revelado Jesús. Él es radicalmente, esencialmente, Padre. De Él deriva toda paternidad. La consecuencia es que nosotros somos radicalmente, esencialmente, hijos. Es el fundamento de nuestra vida espiritual, porque es nuestra más honda verdad. ¿Cómo conocer cómo es nuestro Padre Dios? Fundamentalmente a través de la parábola del hijo pródigo.



Conciencia de filiación

Alabar, con María, a Dios, que ha hecho cosas grandes en nosotros. ¿Cuáles? Las de filiación. Somos realmente de estirpe divina, y debemos asumir la verdad que estuvo oculta por los siglos, de tan grande. ¿Consecuencias? Visión positivísima, confiada, de entrega plena, y de afán por comunicar a otros la inmensa gracia que Dios nos ha lleco haciéndonos sus hijos.