Pecado



La omisión puede causar caer en el infierno

Es una obligación de caridad advertir a otros de un peligro: un piso resbaloso, un puente derruido, un bache en el pavimento… El infierno no es solo un peligro mortal, sino también eterno. Es una obra de caridad recordar su existencia, y hacer un apostolado que busque ante todo que la gente viva en gracia de Dios.



Pecado propio y ajeno

Desde el inicio de la humanidad, el proyecto de amor para el que Dios creara el hombre fue rechazado. Desde entonces, el pecado en cada corazón y a lo largo y ancho del pslaneta no hace sino multiplicarse. Mantengamos la claridad, primero con nuestra conducta y también con nuestro apostolado. La finura de conciencia nos hará más eficaces en esta tarea.


Tengo pecado

La invitación que Dios hace al hombre para vivir en comunión se entorpece –o se interrumpe- por el pecado. En el mundo de hoy está señalización está cada vez más perdida. Ser puntos de luz con la palabra pero sobre todo con la coherencia de vida. ¿Aborrezco el pecado y las ocasiones que me aproximan a él?