Infierno



Si amas no habrá infierno

El infierno existe y es eterno. “No puede nadie andar con sutilezas, porque la idea de la condenación eterna está firmemente arraigada en la doctrina de Jesús, tal como aparece en los escritos del Nuevo Testamento” (J. Ratzinger). Si hay algún resquicio de amor en el alma, aquello es rescatable para Dios. Ejercitarnos, pues, en las obras de misericordia. Si amo, para mí no habrá infierno (San Josemaría).



El infierno existe

Jaculatoria de Emaús: “Quédate con nosotros, Señor, porque cae la noche”. Cuando Jesús no está, se hace de noche. Por eso el infierno es el reino de las tinieblas, donde no se puede amar. Mantener un “estado de oración”, para que la comunión con Dios nos prevenga del peligro del infierno. Revelaciones de sor Faustina y de los niños de Fátima: el infierno no está vacío, y es terrible.



Si amas no habrá infierno

En Fátima, María quiso recordar al mundo la existencia del infierno, y pidió orar y sacrificarse por los que pueden condenarse. Implorar la misericordia de Dios siendo misericordiosos. El infierno es la ausencia de amor; si amo, no habrá infierno. La caridad es la más importante de todas las virtudes.