Recogimiento



Cómo orar

De Jesús aprendemos a orar. Él se iba “a lugares solitarios”: primera enseñanza: la soledad. La oración en el encuentro con el Dios vivo y verdadero, de persona a persona, cara a cara, y se precisa la paz del alma. No es tarea fácil, porque consiste en trascender, desde lo profundo, al Otro. Pero es lo propio del hombre, lo que le revela su grandeza.



Recogimiento: tiempo de la noche. 

Cuando vayas a orar, entra en tu aposento, y después de cerrar la puerta, ora a tu Padre… (Mt 6, 6). El aposento es el lugar de la privacidad, ahí donde somos en realidad nosotros mismos. Entrar ahí, sin embargo, no es fácil, hay que “forzarnos” contra la dispersión. Nos ayuda el silencio nocturno, como si Dios hubiera hecho la noche no solo para el descanso corporal sino también para el del espíritu.



Corazón lejos de Él

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. Podemos advertir el sentir de un Amor no correspondido. La esencia de Dios es el amor, lo que significa que la esencia de Dios es la unión. En algunas representaciones del Sagrado Corazón de Jesús aparece Él con los brazos abiertos, “en gesto de amor desesperado”. Granito de sal que se disuelve o… granito de arena, que permanece en su cerrazón.