Ascensión



Ascensión: Unidad

El misterio de un cuerpo humano y de un alma humana que se introduce en el seno mismo de la Trinidad supera nuestra capacidad de comprensión. Pero nos consuela saber que así de grande es nuestro destino: también corporalmente, estaremos en la intimidad Trinitaria.



Cielo y Tierra

En la Ascensión Jesús subió de modo pleno y definitivo: Carne humana, Sangre humana y Alma humana entra en la intimidad de la Trinidad. Ese amado Rostro que apareció en la Tierra está ahora plenamente divinizado. El Señor que sube al Cielo nos abre a nosotros las puertas.



Mediación

Esta Solemnidad nos alienta en la esperanza. El Verbo bajó “purum” y subió “carnatum”: lleva como trofeo la carne humana, que está desde hoy en el seno de la Trinidad. Un inmenso motivo de esperanza: si en el Seno de la Trinidad hay carne humana y alma humana, es porque también nosotros podemos estar ahí.