Tibieza



No pactar con la tibieza

Un amor que no llega a la entrega total no es amor pleno. Si Jesús no nos invitara a morir al yo, querría decir que no nos ama Él hasta el fin. Jesús nos invita al camino de darlo todo, de llegar hasta el final, sin hacer pactos con la mediocridad. Complícate la vida, para no dejar la ruta del amor.



Tibieza es desamor

La tibieza es la tristeza por la que el hombre se vuelve tardo para realizar actos espirituales. Falta la vibración de corazón enamorado. Es algo así como un pastel a medio cocer, como una carne medio cruda. Es, en definitiva, quedarse a la mitad. Triste situación, que se estanca en las compensaciones y el desencanto ante la vida de entrega.



Tibieza, mal de Occidente.

El cardenal Sarah diagnostica que el mal de Occidente es la acedia, es decir, la extinción del deseo de Dios que se traduce en una carencia de amor hacia Él. El organismo sobrenatural ha de ir creciendo: partiendo de la obligación, pasando por las virtudes, hasta la etapa del amor. De otra manera, se envician los individuos singulares y los grupos, pues nadie es un verso suelto: todo influye.