Consagración a María



Ser de María y Vida mariana

Mientras más tratemos a María, más encontraremos a Jesucristo. Ilusión en llevar vida mariana: María en mi oración, en mi Misa, en mi Comunión, en mi sufrimiento, en mi familia, en mi apostolado. Todo desde las disposiciones del corazón de nuestra Madre.



María te cuida siempre

María se merece todo el amor de nuestros pobres corazones. Ella no se olvida nunca de nosotros, está siempre pendiente, nos protege y nos ayuda, nos ampara y nos defiende. Cuidar ese amor a base de evitar todo lo que tenga asomo de pecado, y alentando un trato de personas vivas con Santa María.