Enero



17 de enero

Creo en un solo Dios

Para creer hace falta humildad. Para creer en un solo Dios hace falta un planteamiento radical de la vida, orientada a lo divino. Creer en que de Dios todo procede nos lleva a afirmar que aperta manu clave amoris creaturae prodierunt (“Abierta su mano con la llave del amor, surgieron las criaturas, Santo Tomás). Corresponderle con amor cuidando la finura al tratarlo.



18 de enero

Quién es Él para ti

“¿Quién dicen ustedes que soy yo?”, pregunta Jesús a sus discípulos. ¿Qué podríamos contestar yo o tú a esa pregunta? ¿Es Él el más cercano personaje a mi vida? ¿Lo descubro en cada situación, en cada momento? Si todo fue creado por Él y para Él, ¿llena mis pensamientos, mi mundo afectivo? Mi felicidad, mi amor, mi descanso, mi alegría, mi consuelo, mi todo…



19 de enero

El prodigio de ser hijo de Dios

Revela el libro del Génesis que Dios se paseaba por el paraíso al viento de la tarde (3, 8). Conversaba familiarmente con Adán y Eva porque el hombre fue creado para participar de la intimidad divina. Esa verdad, el misterio oculto por los siglos, permaneció velado hasta la Encarnación. En ella se despliega ante nuestros ojos el grandioso proyecto divino: hacernos partícipes, en Cristo, de la misma naturaleza de Dios.