Septiembre



2 de septiembre

La Pasión de Cristo conforta

A los santos, Jesús les ha revelado el gran consuelo que le dan aquellos que meditan su Pasión. Esa Pasión me con-forta, permitiéndome decir ¡sí! a cualquier invitación al sufrimiento. La devoción a la Pasión me lleva no solo a aceptar la cruz sino también al deseo de sufrir más. Necesitamos el don de fortaleza del Espíritu Santo. El sufrimiento va de la mano del amor.



3 de septiembre

Tres eternidades para la Misa

El misterio de los misterios es la Misa. San Juan Eudes decía que, para nuestra participación en la Misa, necesitaríamos tres eternidades: una para prepararnos, otra para celebrarla y otra para dar gracias. Busquemos encontrar en cada Misa matices nuevos pues nunca agotaremos la profundidad de ese misterio: el cielo entero está pendiente, con nosotros, de la Víctima adorable.



4 de septiembre

El beato Álvaro  nos enseña a vivir amorosamente las Normas de piedad

“El varón fiel será muy alabado”, dice el libro de los Proverbios. San Josemaría quiso escribir esa frase en el cuarto de trabajo de su más fiel colaborador. Como primer sucesor, nos dio a manos llenas el legado de nuestro fundador: acometer la locura de enamorarnos de Dios con el cumplimiento amoroso de las normas de piedad.