28 de diciembre

Santos Inocentes y Cruz salvífica

Un reguero de sangre acompaña el nacimiento del Salvador. Dios es paradójico, y la fiesta de hoy nos recuerda que el dolor es salvífico. La sangre de esos niños y las lágrimas de sus madres les abrieron las puertas de la eternidad. No perdamos la óptica de la Cruz: la necesitamos para comprender en toda circunstancia su valor redentor y santificador.