25 de diciembre



25 de diciembre

Nochebuena, oración de afectos

Es buena esta Noche porque nos trae el Regalo del Padre, que supera todos los que nos ha dado y los que nos podría dar. Es su Hijo amado, y verlo como recién nacido nos invita a la oración de afectos. “No tengáis miedo de soltar el corazón”, repetía san Josemaría. La persona debe orar “toda ella”, enseña el Catecismo. La oración de afectos, deja en segundo plano la inteligencia y la voluntad, dando primacía al corazón.



25 de diciembre

El Niño salva y es para ti

El ángel dijo a los pastores: “Les ha nacido un Salvador”. No en impersonal, sino para ustedes, es suyo. Nos salva liberándonos de cualquier lastre, pero sobre todo nos salva porque se nos da Él: todo lo suyo es nuestro. Regalo del Padre que no alcanzamos a comprender, pero que esta noche, la Nochebuena, intentemos abrir nuestro corazón para que lo una al Suyo.



25 de diciembre

La dicha de un Dios que nos ama

Tenemos la dicha de que en nuestros países se nos recuerde en calles, casas, plazas, etc., la Navidad. Eso no ocurre, tristemente, en la tierra de Jesús. Será un gran dolor para Él que los suyos no lo recibieron. A nosotros nos da gran alegría saber que a Dios le importamos. Con la Navidad puedo conjugar en todos los modos y tiempos el verbo amar. Los ángeles anuncian: paz en la tierra a los hombres que ama el Señor.