Penitencia



Sea la Cruz bienvenida

Durante el éxodo por el desierto, el pueblo de Israel se rebeló varias veces contra Moisés. En una de ellas, Dios les envía serpientes venenosas cuya picadura les producía la muerte. Moisés levanta la serpiente de bronce, figura de Cristo crucificado, que trae la salvación. No hay modo de salvarnos sino a través de la Cruz de Cristo: que sea, pues, bienvenida, decía Teresa.



Tiempo de penitencia

Pedimos spatium vere paenitentiae, porque es necesario padecer. Jesús dijo que era necesario que el Hijo del hombre padeciera… para asumir vicariamente todos nuestros pecados, y manifestar el Amor infinito, que es propiamente lo que salva el mundo. Evitar la resignación en la vida, porque el dolor es la piedra de toque del amor.



Tiempo para penitencia

Jesús comienza su predicación invitando a la conversión y a la penitencia, porque está cerca el reino de Dios. La penitencia podemos entenderla tanto como virtud –dolor del alma por los pecados– como a las obras de penitencia. Ambas son necesarias para recibir el Reino. El dolor del alma incluye antes que nada el reconocimiento de nuestros propios pecados, evitando señalar culpables. Las obras de penitencia nos producen el peso de una sublime e incomparable gloria.