29 de junio

Pedro y Pablo: divergentes, convergentes.

Dios llevó por caminos muy distintos a Pedro y a Pablo. Uno conoció a Cristo y fue llamado por Él. Otro nunca lo conoció, y persiguió a los cristianos. Además, notamos en ellos temperamentos diferentes, y la Escritura nos revela también los conflictos que tuvieron entre ellos. Pero al final, convergen: no se predican a sí mismos, sino a Cristo. Ambos recuerdan que el Dios de toda bondad nos destina a la gloria eterna… en Cristo.