Filiación divina



En su Encarnación Cristo se ha unido a todo hombre

El Hijo de Dios se hizo hombre para que los hombres sean hijos de Dios. Esa es nuestra grandeza, la razón última de la inmensa dignidad del ser humano: alguien divinizado, siendo uno en Cristo. Todos los misterios de su vida de alguna manera se hacen presentes en la nuestra, y entonces somos hijos del Padre. La filiación divina es el fundamento del espíritu del Opus Dei.