Conversión



En estado de conversión

Jesús comenzó su predicación diciendo: “Conviértanse, porque está cerca el Reino de los Cielos”. El Reino de los Cielos es Él, y realmente está cerca si nos convertimos. Podemos hacerlo a través de constantes actos de contrición, a través de la docilidad a las mociones del Espíritu, y a través de tomar como regla de vida su Palabra en la Escritura.



Lo primero es convertirse

El primer mensaje de Jesús, al comienzo de su vida pública, es la conversión: “Conviértanse y crean en el Evangelio”. Quizá nos acordamos de evangelizar, pero no tanto de convertirnos y predicar la necesidad de conversión. ¿Asumo que la conversión del mundo comienza con mi conversión personal?



Invitación permanente a la conversión

Jesús anuncia el Reino de los Cielos e invita a la conversión. Nadie está confirmado en gracia; todos estamos cayendo y levantándonos. Una tarea permanente a lo largo de toda la vida. Estoy como un niño que balbucea, decía san Josemaría al cumplir 50 años de sacerdote. Nosotros estamos también siempre recomenzando.