Pobreza



Felices los que se liberan

Jesús quiere que seamos felices. Y nos dio la receta para lograrlo: las ocho bienaventuranzas. Hemos de reconocer que no son tema frecuente de nuestra meditación, a pesar de constituir el mensaje central de Jesús. Pensemos en la primera: los pobres de espíritu, pues de ellos es ya, desde ahora, el reino de los cielos. Esa pobreza va mucho más allá de apegos materiales, incluye las ideas obsesivas, los resentimientos y todas aquellas baratijas que nos abruman.