Obediencia



Vivir inmerso en la obediencia

Las consecuencias del sí de María son pasmosas. ¡Cuánto depende de un sí! Pero ese sí procede de la escucha de Ella. María oye y entonces responde. Así ha de ser nuestra vida: oír, tener una vida traspasada por la escucha. Eso es ob-audire, obedecer. Obedecer es asunto de ontología, como la naturaleza inanimada lo hace. Porque es, al fin y al cabo, reconocer la supremacía de Dios.