Tibieza



Si la sal se desvirtúa

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se desvirtúa…”. Los oyentes de Jesús entendían muy bien la comparación, pues la sal del Mar Muerto, a pesar de ser tan abundante, era insípida, al estar mezclada con cal. Si perdemos la vida de oración, de comunión con Dios, nos desvirtuamos. Procuremos mantener una conversación a solas, íntima y confiada durante toda la jornada.