Tibieza



Acedia: fracaso del amor.

El hijo mayor de la parábola del hijo pródigo es el prototipo del hombre tibio. Trabajaba en los campos de su padre, pero no por amor al padre, sino por el deseo de compensaciones. El cardenal Sarah afirma que la situación espiritual de Occidente es la acedia, es decir, la tibieza, el desaliento, la atonía del alma. Tristeza del alma ante lo que debía ser su máxima felicidad. Ataca el gozo, que debería caracterizar al alma en su relación con Dios. ¿El remedio? La Encarnación, la presencia de Jesús vivo con nosotros.