Muerte



2 de noviembre

Muerte como peregrinación

Cada año recordamos nuestro deber de vivir una particular obra de caridad: rogar por los difuntos. Cada año la lista es mayor, y un día la engrosaremos nosotros. Vivir cara al final, sabiendo que “a los que mueren en Jesús, Dios los llevará con Él” (I Tes 4, 14). Nuestra ilusión del encuentro nos llevará a crecer cada instante en el amor.