Gracia santificante



Corazón recompuesto

Jesús resalta una verdad que comprobamos constantemente en nosotros y en otros: que nuestro corazón es malo. Lo que de él procede mancha al hombre. Pero donde abundó el pecado sobreabundó la gracia, de modo que todo consiste en convertirnos en personas-cántaro, receptoras del Amor divino.