Transfiguración



6 de agosto

Transfiguración: contemplación.

Misterio que ilumina, que une el cielo y la tierra, que enseña a descubrir en Jesús el fulgor divino a partir del camino ordinario y doloroso de su Humanidad. No se es contemplativo por descontado; es una gracia que se ha de anhelar en la humildad y la pobreza. No hay dos caminos, el ascético y el contemplativo, sino uno solo.



Transfiguración de Cristo y contemplación

La intensísima luz del Señor transfigurado es el contrapunto al reino de las tinieblas. Desde ahora, con la vida contemplativa, podemos adelantar el Cielo. Enseñanzas de Benedicto XVI al hablar de santa Teresa de Ávila.



Transfiguración y divinidad de Cristo

Es invariable la temática del 2º domingo de Cuaresma: siempre se presenta la Transfiguración del Señor. Misterio de luz, en el que podemos fijarnos hoy en el testimonio del Padre celestial: Jesús es su Hijo amado, el Verbo eterno. Podemos correr el riesgo de relegar, ante la verdad de la Santísima Humanidad, su divinidad. Veámoslo como Aquel que es ayer, hoy y siempre.