Pasión



Medita la Pasión

La clave del amor es el acompañar. Eso hacemos cuando meditamos la Pasión de Jesús, intentando no dejarlo solo en cada uno de sus sufrimientos. La devoción a la Sagrada Pasión nos hará capaces de redimensionar todos los sufrimientos de la vida, y acabar por tener una verdadera conciencia del valor de la cruz cuando se lleva con Jesús.



Jesús ora en Getsemaní

Si tuviéramos una aplicación llamada Getsemaní, quizá el icono sería una rueda de molino, porque el significado del nombre es prensa de aceite. Jesús padeció ahí temor y angustia, haciendo una intensísima oración a su Padre. Se ajusta a la voluntad del Padre. Se mete con todo su ser buscando la unión con el Padre. Amemos el misterio de Getsemaní: Jesús orante.



La Pasión de Cristo conforta

A los santos, Jesús les ha revelado el gran consuelo que le dan aquellos que meditan su Pasión. Esa Pasión me con-forta, permitiéndome decir ¡sí! a cualquier invitación al sufrimiento. La devoción a la Pasión me lleva no solo a aceptar la cruz sino también al deseo de sufrir más. Necesitamos el don de fortaleza del Espíritu Santo. El sufrimiento va de la mano del amor.