Dios de Vida
Yo soy la Resurrección (Juan 11, 25), dijo Jesús a Marta cuando Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Solo Dios puede devolver la vida a los muertos, como solo Él es el Dios de la Vida. Vivamos más y más de esa Vida que Cristo nos comunica, principalmente a través de la Eucaristía. Empezará para nosotros, ya desde ahora, la Vida indeficiente.
Jesús en el Evangelio
La invitación es a tomar una máquina del tiempo e irnos a la Palestina en los inicios del siglo I. Porque la vida de Jesús, a más de un acontecimiento histórico, es una realidad salvífica permanente. Encuentro su vida pero también la mía, y con sus dichos y hechos puedo resolver cualquier circunstancia.
Jesús es el sentido de la vida
Hemos llegado aquí, al sitio donde estamos, después de un viaje más o menor largo. Este viaje está integrado en uno mucho mayor, que comenzó con nuestro nacimiento y terminará con la muerte. Busquemos el sentido de este andar, siempre en la dirección de la Estrella, que es Cristo. Se trata de una Persona, a la que debemos encontrar personalmente, porque vive resucitado en nosotros.