Jesús es Sacerdote
El jueves después de Pentecostés, la Iglesia nos invita a mirar a Jesús como Sumo y Eterno Sacerdote. Fiesta reciente, de gran calado teológico y espiritual. Cristo es sacerdote por la Encarnación, cuando une Dios y hombre. Y ejerce su sacerdocio máximamente en el Calvario. Un ofrecimiento tan perfecto que se constituye Él en la misma Víctima, derramando toda su Sangre para nuestra salvación.
Mi Buen Pastor
Jesús ha querido que lo recordemos como el Pastor bueno. No atento a la masa anónima de un rebaño, sino conociéndonos a cada uno y deseando que lo conozcamos a Él. Busca llevarnos a los mejores pastos y hacernos descansar en fuentes tranquilas. De nuestra parte, corrijamos la percepción que podemos tener de Él, si es una percepción lejana, austera, indiferente, despreocupada…
Jesús es Dios y de eso depende todo
Hay verdades por las que dar la vida. La principal es afirmar con los labios, el corazón y las obras, que Jesús es Dios. A pesar de que nuestra cabeza no pueda abarcar (comprehender) el mismo concepto de Dios. “Entre el misterio y el absurdo, me quedo con el misterio”, decía Guitton. De esa verdad depende todo en nuestra vida. Porque Jesús, que es Dios, posee todos los atributos de la divinidad.