Identificación con Cristo



Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios

San Agustín encontraba en la frase El Verbo se hizo carne la esencia del proyecto de Dios. No solo por las razones salvíficas, sino también porque descubría ahí la invitación a que el hombre se divinizara. Nos servirá la comparación de los relatos de Tolstoi (El pastor y el rey), y Dostoievski (El idiota), para comprender la diferencia de planteamientos. Sin la inserción en Cristo no podríamos vivir el Evangelio.



El Verbo y yo

En la Encarnación del Verbo encontramos el prodigio de un Dios que se hace hombre… para que el hombre se haga Dios. Advertir la grandeza del cristianismo y su diferencia con cualquier otra confesión religiosa o sistema moral. Aquí se trata de algo tan radical como el dejar de ser lo que uno es para pasar a integrar el Yo de Cristo. Apuntarnos al proceso.



El asombro de ser Cristo

Los niños tienen una gran capacidad de asombro. Ojalá la recuperemos ante las revelaciones maravillosas del Señor, cuando nos dice que formamos con Él un solo viviente, y nos pide permanecer en su amor. Todo es efecto de la gracia, que va encontrando eco gracias a la meditación de la Palabra y a la oración.