Humanidad Santísima



Que tome su cruz, que derrame su sangre.

En la liturgia anterior, el mes de julio se dedicaba a honrar la Preciosísima Sangre de Cristo. Ahora podemos hacerlo con la celebración de esa Misa votiva. Esa Sangre es preciosísima en Sí misma, por estar unida a la divinidad, pero también porque redime al mundo, y también porque Jesús nos da una prueba de su amor. Pagarle amando nuestra propia cruz, sobre todo la que Él nos envía.