Miseria y grandeza del hombre

El proyecto del Padre celestial no consiste tan sólo en conocer a Jesucristo e imitar su vida, sino va a más: se trata de una verdadera y propia transformación en Cristo, en recibir su vida para ser divinizados. Este increíble proyecto queda frustrado por el pecado: tengamos la conciencia de ese riesgo y vivamos con la continua opción de rechazarlo.