Ancianidad



Saber envejecer, saber morir.

Memento mori, decían los antiguos. “Piensa en los novísimos”, el libro de los Proverbios. “Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor”, el Apocalipsis. ¿Cómo debo plantearme yo mi muerte? Como se la planteó Cristo: como meta de su existencia. Podemos darle un nombre más dulce: “El Encuentro”. Saber morir comporta saber envejecer. Descubrir la hermosura y el valor de la vejez, siendo más y más contemplativos.