Pureza de corazón



Limpiar lo hondo

Fórmulas para ser santos: las bienaventuranzas. Una de ellas, la sexta, nos habla de la pureza del corazón. Evitamos con ella el riesgo del formalismo: lo externo da buena apariencia pero sin cambios de lo profundo. Los que tienen el corazón limpio descubren a Dios en todo.